Indiscutiblemente, el periodismo jamás ha gozado de una era de la información por antonomasia. Si bien, años atrás los medios de comunicación eran considerados la piedra angular de la verdad, la crisis en la que están ahogándose desde hace tiempo viene a desvelar la verdadera imagen de estos “portadores de la verdad” (valga la redundancia).
Las graduales mermas de difusión de la prensa escrita, la falta de credibilidad, la confusión entre información y mercancía son algunas de las enfermedades a las que el periodismo tiene que hacer frente en la actualidad. Pero, ¿cuáles son sus causas? Hay infinidad de síntomas; entre ellos:
- La mercantilización del periodismo:
A día de hoy, no es secreto que la mayoría de los medios de comunicación sean propiedad de grandes empresarios. Este hecho condiciona, principalmente, que la línea editorial de las cadenas, emisoras y/o redacciones y la consecuente información que estas transmiten sea “información ‘table d’hôte’ (a la carta)”. Por lo tanto, el trabajo de los periodistas ya está acotado a la ideología, creencia, fe (llámalo “x”) de los propietarios de la información, la verdad y en última instancia, el poder. Es por ello que el periodismo ha perdido credibilidad. Porque la parcialidad, la falta de objetividad, la manipulación mediática, etc. no dejan de crecer.
- El absolutismo publicitario:
La publicidad es una ciencia omnipresente. Tiene diversas técnicas para afectar a la sociedad y conseguir que esta actúe en función de lo que el marketing dictamine. Siempre ha sido un pilar importantísimo para los medios de comunicación y no es raro pensar que hoy por hoy, debido a la crisis acaecida en los últimos tiempos, esté más presente en los media. La mayoría de los ingresos que recibe la prensa viene de la publicidad.
Pero debería haber un límite que no existe. Los empresarios sólo tienen una meta en la cabeza, ganar dinero, y cuanto más, mejor. Por esta razón, y dado que las empresas que publicitan sus anuncios en los medios son, al fin y al cabo, las que mandan, los media se someten no sólo a la ideología, las creencias, etc. de los propietarios, sino también a las directrices establecidas por los anunciantes.
- El absolutismo tecnológico:
Las nuevas tecnologías han desbancado uno de los sectores del periodismo más ejercidos por los profesionales de la comunicación. La aparición de Internet y la creciente multiplicidad de los usuarios que se conectan a la red, la globalización informativa que alimenta y la posibilidad de interacción instantánea que ofrece amenazan de manera abrupta la existencia de los medios de comunicación y transforman a la información en un ente móvil y nómada. Ignacio Ramonet, en su artículo “La era de la inseguridad” (Le Monde Diplomatique), hace que los lectores nos preguntemos si la prensa escrita no se convertirá en algo propio del pasado, en un medio de la era industrial en vías de desaparición. Pues bien, considero que deberíamos decretar claramente que la prensa escrita ya está convirtiéndose, quizá no en un elemento del pasado, pero sí que está cambiando en aras de sobrevivir.
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“Cuando se descubrió que la información era un negocio, la verdad dejó de ser importante”. Ryszard Kapuscinski.
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¿Cuál es la cura para paliar los síntomas de esta enfermedad?
Como estudiante de periodismo considero que la solución está en desvirtuar a la información, a la comunicación, de cualquier otro negocio. Es cierto que en Internet la transmisión de datos es mucho más rápida e interactiva, y por lo tanto, es una amenaza constante para los medios convencionales, pero no es información fiable. Y por ello, para comprobar qué es fiable y qué no, qué es verdad, para desempeñar esta tarea, están los periodistas, o deberían estarlo. Paradójicamente existen dos clases de periodistas: los que saben escribir «periodismo», y los que no.