El eco de las trompetas resuena entre las paredes de un edificio del siglo pasado, pero las pisadas de los soldados no consiguen hacer mella en la tierra. Un campo, dos titanes. Un enfrentamiento entre Italia y Turquía cuya victoria se decide segundo a segundo. Una guerra que acontece tras varias batallas ya ganadas; todas ellas en un periodo de tiempo muy corto, 3 días. Otros han caído, ahora sólo dos ejércitos se mantienen en pie y entran a la pista con todo su arrojo. ¿Quién se hará con la victoria? Pronto se decide.
Se pierde la voz entre las gradas, y los gritos se mezclan con las rodadas de los carros de combate. Ahora son los tambores los que marcan el ritmo de los ataques, desde lo más alto, como si elefantes otomanos arrollasen occidente. Un hombre, Mehiaoui, da nombre a todo su equipo: Galatasaray. En el otro extremo, Matteo Cavagnini golpea al equipo turco junto a su compañero Mohammed Sanna Alí. Ambos portan su estandarte: Santa Lucía.
Ofensiva del Santa Lucía en el campo de Galatasaray durante la Champions Cup.
La lucha está reñida pero el talento de los otomanos aflora contra las ciclópeas defensas de los italianos que tan sólo resisten veinte minutos de partido. En el marcador pesa el cansancio y el esfuerzo invertido en la cancha, y las puntuaciones de unos y de otros se distancian a pasos agigantados. La tensión envuelve el campo; las miradas de los jugadores que ya han caído se hunden en el cronómetro del contador al tiempo en que el público persigue con sus ojos los movimientos del esférico.
Un último intento por abatir a los titanes de Oriente que cae como el sudor sobre el campo de batalla. 50 – 71, el tiempo ha dejado de correr y la respiración se vuelve pausada en el Polideportivo Pisuerga de la capital Castellanoleonesa. La guerra ha terminado. Siquiera se ha derramado una gota de sangre…
El Galatasaray celebra su victoria.
Una marea de aplausos sumerge un escenario que ha sido testigo una épica batalla. Una contienda que puede presumir de deportividad, pasión y honra.
Josué Prieto Abia.
Com.única UEMC 