Posts tagged ‘sociedad’

30 de May de 2013

Tan sólo somos diminutas hormigas

por Jota Prieto Abia

A los ojos de un niño, Antz tan sólo se trata de la vida de una hormiga y su labor como parte de la colonia. Pero la realidad transgrede a la ficción y el mensaje oculto en el guión aflora a los pocos minutos de empezar la película.

En apenas 81 minutos de filme, los directores Eric Darnell y Tim Johnson se sirven del ingenio de Woody Allen, quien da voz a nuestro protagonista Z-4196, para criticar la globalización como sistema político, la supremacía de la sociedad frente al individuo y la libertad sumergida en la política y la economía.

Z (Z-4196), personifica a una hormiga obrera que detesta su trabajo y no alcanza a comprender por qué debe trabajar por el bien de la colonia, cuando en realidad siente que lo esencial son sus propias preocupaciones e inquietudes.

Su sueño por encontrar un lugar en que todos sean considerados iguales (impulsado además por la utópica relación que pretende contraer con la princesa, Bala) se ve truncado por el sentimiento colectivo del pueblo y acaba por ocultarse en el hormiguero hasta bien entrada la trama.

 .

“Sólo son zombies sin cerebro capitulando ante la opresión del sistema.” Z (Woody Allen).

 .

Pero su inconformismo le lleva, por equivocación, a participar en una guerra y a convertirse en un héroe cuando regresa como único superviviente del campo de batalla. Lugar clave para el desarrollo de la historia por las palabras que hacen mella en la mentalidad de Z, pronunciadas por un soldado amigo suyo: “No cometas el mismo error que yo, no obedezcas órdenes toda tu vida. Piensa por ti mismo.” Barbatus (Danny Glover).

 .

antz

.

Es entonces momento de preguntarnos: ¿Podemos ser libres dentro de la sociedad como individuos? ¿Dónde están los límites de nuestra libertad exactamente?

A primera vista, la sociedad de la que hablamos se puede estructurar en tres clases: la realeza, los soldados y los peones. En el lenguaje del siglo XXI estos términos evolucionan en: gobiernos, ejército (que vela por que se cumplan las leyes de los anteriores) y obreros (obligados a cumplir las órdenes de las clases altas). Una sociedad que trabaja por el “bien común” (¿de quién?). Un sistema real, en el mundo humano, que se asemeja con claridad a una colonia de hormigas; un sistema en que desde pequeños se decide el trabajo que ocupará cada individuo de adulto y, consecuentemente, se le adoctrina de la manera en que desempeñe esa labor de la forma más correcta posible.

Sistema en el que además se castiga a todo aquel que se rebele y suponga un peligro para la comunidad. Los revolucionarios son considerados como bichos raros, una lacra que debe exterminarse, que repugna tanto como lo hace K (protagonista de la novela ‘Metamorfosis’ de Kafka).

 .

“Sólo son insectos de suelo.” Muffy (Jane Curtin).

 .

El sacrificio pasa de ser un vocablo a ser un sentimiento necesario y obligatorio, un ideario en una sociedad en que los peones dejan de ser “personas” (u hormigas) para convertirse en herramientas. Ejemplo de ello es la unión de varias hormigas con el fin de demoler una roca: “Sed parte de la bola.” Foreman (Grant Shaud).

Pero la perseverancia es objeto de admiración en la misma medida en que la multitud es corrompible. Y un grito que se levante por encima de las voces acalladas puede dar lugar a una revolución obrera, que aplaque la conciencia de los fuertes y deteriore la confianza y la seguridad que se auto inyectan.

.

“El individualismo nos hace vulnerables.” General Mandible (Gene Hackman).

 .

Son muy pocas las películas (de animación menos aún) que tratan, aunque de forma latente, temas tan complejos y profundos a la par de interesantes. Temas que tocan tanto la filosofía general, como aspectos propios de la sociología y la política.

Tan sólo son 81 minutos de reflexión. Tan sólo se trata de la vida de una insecto.

.

.

¿Te atreves a salir de tu hormiguero?

18 de enero de 2012

«La muerte es una exigencia para reivindicar la vida»

por cristinabecares1

Joaquín Esteba es profesor de Sociología y Movimientos Artísticos Contemporáneos en la UEMC y además es el vicerrector de alumnos y extensión universitaria. Acaba de publicar el libro La Condena de la Hermenéutica, un tema que le preocupa especialmente porque el ser humano «está obligado a interpretar y a decidir siempre». Pero también llaman su atención la aceleración de nuestra sociedad, a la que califica como «un lastre en la escala natural de la vida», y el papel de la muerte que debería servir para valorarla.

Joaquín Esteban recurre a la ironía y la risa para explicar sus preocupaciones // César López

Joaquín Esteban recurre a la ironía y la risa para
explicar sus preocupaciones // César López
 
  • El paso del tiempo y su evolución en la sociedad son temas muy presentes en sus libros, ¿a qué se debe?
 
  • Para mí el paso del tiempo es determinante porque tiene que ver con la caducidad. Todos estamos limitados, tenemos un principio y un final. El paso del tiempo nos tiene que preocupar porque formamos parte de él y porque nos limita. Hace que podamos disfrutar de cada momento de una manera única porque todos moriremos algún día.
 
  • Entonces, la muerte para usted…
 
  • Es una exigencia para reivindicar la vida. La muerte ha sido expulsada de nuestra sociedad, la hemos olvidado por simular un mundo de yupi. No sé realmente si estoy preparado para morir pero este tema tiene que ser de interés humano. Tengo la sensación de que la sociedad cree que es inmortal pero tiene que saber que es caduca.
 
  • Pero el tiempo no solo alude a la muerte sino también a la velocidad con la que vivimos…
 
  • Yo pienso en la aceleración y me imagino un tren. Se protege la velocidad pero no a las personas. Es más importante el tránsito que el propio placer de realizar el viaje. Esto es un problema porque se altera la escala natural del tiempo, que a su vez tiene que ver con la idea de la inmortalidad falsa en la que la sociedad vive.
 
  • ¿ Cómo afecta la aceleración en su día a día?
 
  • No me considero un hombre acelerado pero tampoco puedo aislarme de la sociedad. Para sobrevivir en ella muchas veces tengo que decirme a mí mismo alguna mentira.
 
  • Y sus dos hijos, ¿cómo influye su filosofía y la cultura de la aceleración en ellos?
 
  • Vivimos en el campo y, al estar apartado de las urbes, se nota la desaceleración. Pero nuestra vida laboral y de estudiantes se desarrolla en la ciudad, así que no podemos aislarnos completamente. Yo considero que lo mejor es que cada uno se comporte a su manera y si a los hijos les gusta, llegarán a imitar ese comportamiento.
 
  • Los padres están continuamente tomando decisiones que repercuten en sus hijos y acaba de publicar su libro La Condena de la Hermenéutica…
 
  • Al ser humano no le queda más remedio que tomar decisiones en la vida. Tenemos la condena de ser libres. La hermenéutica es eso, tener la capacidad de interpretar textos o aspectos de la vida en el que no queda más remedio que tomar una decisión. Para mí la vida es una contradicción constante, en que todo es trágico y no dramático pues lo dramático tiene una solución mientras que lo trágico no. La hermenéutica está presente en nuestro día a día y es por eso que hay que saber convivir con ello.