14-02-2013. Andrea del Barrio, Macarena Jiménez
El Papa Benedicto XVI hace pública su dimisión en el Pontificado. El Vaticano confirma que las causas de su abandono no van más allá de un deterioro físico, causado por el cansancio propio de los años. “Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que mis fuerzas, debido a mi avanzada edad no se adecuan por más tiempo al ejercicio de mi Ministerio”, anuncia Ratzinger en su testimonio.
El diario ‘Il Sole 24 ore’ revela que el Papa, a sus 85 años, se sometió en Noviembre a una operación en el hospital Pio XI de Roma para cambiarle el marcapasos. Se trata de un dispositivo que lleva desde hace diez años y aclara que fue una intervención de rutina para cambiar las pilas del aparato.
Según afirma el periódico El Norte de Castilla, las dolencias del Papa son múltiples, sufre una fractura del primer metacarpiano en la mano derecha, hipertensión, falta de visión y movilidad reducida.
El Pontífice ha indicado que, desde el 28 de febrero de 2013 a las 20.00 horas, la sede de Roma, la sede de San Pedro, quedará vacante y deberá ser convocado el cónclave para elegir un nuevo Papa. Además, los fieles podrán despedir un día antes de su dimisión, a Benedicto XVI en una audiencia pública que se celebrará en la Plaza de San Pedro del Vaticano.
La opinión pública difiere en muchos sentidos, fomentado un miedo en el Santo Padre, que afirma “Rezad por mí, para que no huya por miedo delante de los lobos”. No obstante, son muchos los que le están apoyando en esta decisión y le defienden.
Finalmente, el Papa da las gracias a todos aquellos que le han acompañado durante todos estos duros años de trabajo monacal y ha pedido un sincero perdón por todos los errores cometidos y sus defectos. “Por lo que a mí respecta, también en el futuro quisiera servir de todo corazón a la Santa Iglesia de Dios, con una vida dedicada a la plegaria”, concluye Benedicto XVI en sus declaraciones.
Com.única UEMC 