Paloma Dios Noriega
José Sacristán (Chichón 1937) ha sido nominado al Goya al `mejor actor´ tras medio siglo de entrega a la interpretación. La Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, que el mismo ayudó a crear, le concede el asiento como recompensa a su dedicación y su trabajo en El muerto y ser feliz (2013) del olvidado Javier Rebollo.
La producción hispano-franco-argentina nos relata los coletazos en la vida de un asesino a sueldo. Este viejo tierno, con sentido del humor y un tanto deprimente, quien ya no mata, se lanza a la carretera argentina con la suficiente dosis de morfina como para acabar con su vida. Su compañía durante kilómetros de carretera será Roxana Blanco, la uruguaya más premiada y estrella por excelencia de la comedia paraguaya.
José Sacristán y Javier Rebollo en la producción de El muerto y ser feliz/encuentrosdigitales.rtve.es
José Sacristán ha marcado y formado parte de varias generaciones de cine español. No podemos olvidar su papel incontestable en la transición, no solo cinematográfico, si no político y social. En los setenta estuvo incluido en la revolucionaria generación de `los más taquilleros´ con Alfredo Landa y J.L. López Vázquez.
El ex-mecánico también ha dirigido y protagonizado sus propias películas, en concreto tres: Soldados de plomo (1983) , Cara de acelga (1986) y Yo me bajo en la próxima ¿y usted? (1992). Como casi todos los grandes, Sacristán también está presente en el teatro, sobretodo en el musical, en los que ha protagonizado obras tan sólidas como El hombre de La Mancha (Luis Ramírez, 1997).
Últimamente apuesta por directores jóvenes, y ¡qué mejor apuesta! que la del cineasta, Javier Rebollo, quien le ha hecho llegar a la nominación del Goya siendo favorito en la categoría a la `mejor interpretación masculina´ en esta edición. Él, desde su humildad, asegura que le satisface más la continuidad del trabajo y poder elegir, que el hecho de recibir un premio. Pero nunca está de más una muestra de recompensa y agradecimiento.
Com.única UEMC 
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